Puedo afirmar que este es el programa que se ha convertido en el más simpático, divertido y con mayores y excelentes resultados en materia de relaciones internacionales que tiene el CRC. Nacido en mi presidencia de 1987, hace 33 años, consiste en aprovechar los permanentes viajes del buque escuela, que es parte del Estado Colombiano donde quiera se encuentre, de tal manera que lo nombramos nuestro EMBAJADOR ROTARIO y como tal, es nuestro representante en todos los países que visita.
Nosotros nos encargamos de avisar a los clubes rotarios existentes en los diferentes puertos marítimos o fluviales que tocará el barco alrededor del planeta, para que puedan visitarlo, conocerlo y departir con los oficiales de abordo y su tripulación, con el tradicional intercambio de banderines.
¡La acogida mundial ha sido extraordinaria! En los inicios del programa, los clubes rotarios eran avisados por nosotros del día de la llegada del barco, mediante cartas que enviábamos con la suficiente antelación por correo aéreo, incluso a regiones tan alejadas como Australia y Nueva Zelandia. ¡Todo un camello! Incluso hubo 3 comentarios jocosos como aquél en que los caníbales se “almorzarían” a la tripulación y ni nos enteraríamos. Hoy, este programa continúa con la abismal diferencia que, gracias al Internet y al WhatsApp, todo lo hacemos en tiempo real y podemos interactuar con los comandantes y tripulación del Gloria de manera permanente en plena travesía por donde quiera se encuentren, y también conocer personalmente a los visitantes y participar virtualmente de las ceremonias a bordo y del intercambio de banderines ¡Todo un espectáculo emocionante! Y, por supuesto, muy variable, según sea la singladura del barco y los países que el Gloria visite. ¡Ah! la única mediana dificultad han sido la variedad de idiomas, pero esto también, por supuesto, lo resuelve Google. ¡Bendita época!